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Los tejedores de memorias (09)
V. Un archivo en las Galápagos. La lanzadera en el telar (y B)
[Esta entrada es la novena de una serie en la que compartiré un texto titulado Los tejedores de memorias, el cual produje como trabajo final de mi maestría en Archivística Histórica y Memoria en la Pontifica Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia). Todas las entradas pueden verse aquí, mientras que el texto original, completo con citas y notas, puede descargarse aquí].
Desde sus inicios, la ECChD dedicó una esquina de uno de sus pequeños edificios a mantener una pequeña colección de libros y "papeles". La biblioteca terminó siendo oficialmente inaugurada el 28 de octubre de 1979 en un espacio propio, aunque, según los más tempranos documentos conservados, ya había estado proporcionando servicios de préstamo y consulta al menos desde 1971. Con el paso de los años, una de sus secciones, el archivo histórico, consiguió su propio lugar para almacenar tanto esos "papeles" como el abundante material audiovisual producido por los muchos científicos residentes y visitantes interesados en Galápagos. Una tercera sección, el museo, tardó un poco más en obtener su independencia.
En la actualidad, la Biblioteca, Archivo & Museo de la FCD es un área institucional con políticas propias, cuyo trabajo está en total sintonía con la misión general de la organización: "proveer conocimiento y apoyo por medio de la investigación científica y acciones complementarias para asegurar la conservación del ambiente y la biodiversidad del Archipiélago de Galápagos". Como se indica en buena parte de la literatura especializada, la conservación es un objetivo a cumplirse con la colaboración directa de las comunidades involucradas. En ese sentido, no importa cuán grande sea el trabajo científico: sin divulgación, formación e información, todo ese esfuerzo es inútil. Y las instituciones de gestión de conocimiento y memoria juegan un rol esencial en ese proceso.
La biblioteca de la FCD es la más antigua, la mayor y la más activa de todas las islas; en determinados momentos ha sido, de hecho, la única. Mantiene la colección bibliográfica más completa sobre Galápagos a nivel mundial, incluyendo informes inéditos sobre el trabajo científico realizado en el archipiélago. Dicha colección comprende libros, enciclopedias, revistas, tesis, reportes, artículos y manuscritos, algunos de los cuales no se hallan en ningún otro sitio. Único en su especie, ese fondo es utilizado principalmente por el personal de la ECChD, pero también por guías naturalistas, guardias del Parque Nacional, maestros, profesores, visitantes y la comunidad local en general.
Por otro lado, en el archivo se mantienen documentos textuales y audiovisuales valiosos, en los cuales se refleja la memoria de la FCD y se documenta la historia de la institución y de la ciencia en las islas. Además de audiocasetes y cintas de video, hay un enorme fondo con fotos y diapositivas originales, horas de películas inéditas, CDs y DVDs, disquetes y ZIPs, informes técnicos, papeles administrativos, documentación histórica, cuadernos de notas, memorabilia, mapas, planos, pósteres, materiales tridimensionales, y todos los datos crudos que dieron origen a la práctica totalidad de los libros y artículos pioneros sobre la naturaleza isleña.
El museo, por último, mantiene tres colecciones de artefactos arqueológicos hallados en las costas galapagueñas, entre los cuales se encuentran fragmentos de alfarería y cerámica de los siglos XVII y XVIII.
Si bien la biblioteca había sido inventariada, procesada, catalogada y clasificada desde sus inicios en los años 60 —con sucesivas actualizaciones en sus medios y esquemas de organización, adaptándolos a los tiempos—, el archivo y el museo no fueron sometidos a esos necesarios procesos técnicos sino hasta 2018. Tras una auditoría inicial, rápida y superficial realizada en esa fecha, ambos demostraron contener un acervo invaluable, con importantes documentos que hasta entonces esperaban ser identificados y analizados. En paralelo, la revisión de las (escasas) estadísticas de uso demostró que ambos eran lugares infrautilizados —o directamente desconocidos— dentro de la ECChD. Se trataba, en definitiva, de espacios de conocimiento y memoria tan ricos como invisibles.
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A partir de octubre de 2018, el procesamiento físico, el inventariado, la catalogación, la clasificación, la indización y la descripción realizados sobre los materiales de la biblioteca a lo largo de sus seis décadas de vida se hizo extensivo al resto de documentos de la FCD: los del archivo y el museo. Se trata de un procedimiento multidimensional que continúa en desarrollo a día de hoy, y que, probablemente, se extenderá en los años por venir, con la llegada de donaciones de antiguos científicos y de personajes relevantes de la comunidad, y la producción de nuevos documentos por parte de los actuales trabajadores de la ECChD.
El reconocimiento y la identificación de materiales completados hasta el momento en la Biblioteca, Archivo & Museo de la FCD han ido arrojando, progresivamente, una serie de resultados asaz interesantes. Entre otros, han permitido sacar a la luz una serie de ítems que, por su contexto y contenido, resultan sumamente sugestivos a la hora de (re)pensar, entender y, sobre todo, poner en discusión, criticar e incluso contradecir la actividad pasada y presente de la ciencia en Galápagos (y sus productos). Se trata de fragmentos de memoria que, consciente o inconscientemente, parecen no haber sido tenidos en cuenta a la hora de construir la historia oficial de la ciencia galapagueña, y que pueden presentar otras miradas, otras versiones y otras opciones.
Revisar qué se ha hecho, cómo y, sobre todo, por qué y para qué en términos de labor científica puede conducir a observar dicha actividad desde otras posiciones, a hacerse nuevas preguntas, a reestructurar proyectos enteros, a reformular preguntas de investigación, a cambiar de sujetos (y de verbos, y de tiempos) y, sobre todo, a plantear un necesario debate sobre el quehacer académico en un territorio determinado. Tal debate es esencial cuando se habla de conservación, principalmente cuando hay comunidades locales involucradas e intereses económicos (como el turismo de masas) y políticos de por medio, lo cual suele ser lo habitual en estos casos, particularmente en las islas Galápagos. Un espacio, por cierto, en donde la actividad científica, en líneas muy generales, ha sido siempre loada —¿cómo desaprobar a aquellos que protegen semejante joya de la biodiversidad global?— y ha mantenido, por ende, una suerte de discurso monolítico y sin demasiadas brechas sobre sus intenciones y sus resultados.
Los documentos "disonantes" hallados en las colecciones la FCD sugieren la oportunidad de realizar una labor de revisión, de análisis y de tejido de memorias, abriendo la puerta a la construcción de nuevos discursos y narrativas. Tal labor puede promoverse desde el archivo. Desde un archivo que dialogue con la biblioteca y el museo (y con otros espacios, y con la propia comunidad) y que sea consciente de los materiales que alberga y gestiona, del poder que esa memoria tiene para generar cambios, y de su capacidad institucional para sugerir (e incluso construir) discursos nuevos e historias otras. Un archivo dispuesto a pensar críticamente lo que hace, a experimentar, a asumir riesgos y a alejarse decididamente de los estereotipos.
Un archivo rogue, emancipador y especulativo. Un archivo que sea un telar.
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Tomando como marco las ideas de la archivística crítica ya revisadas, se procedió a analizar, documental y hermenéuticamente, un puñado de documentos de la FCD y se intentaron tejer esas memorias. La intención fue comprobar si tal ejercicio permitía que el archivo de la FCD asumiese un rol distinto al habitual en términos de recuperación y gestión de saberes científicos: un rol más activo y propositivo. Las conclusiones derivadas de los resultados de dicho ejercicio se generalizaron para transformarlas en una suerte de recomendaciones que puedan ser aprovechadas por otros espacios de gestión de conocimiento y memoria, tanto dentro como fuera del contexto científico.
El criterio de selección obedeció a que estos documentos reflejan, de una forma u otra, hechos discrepantes con el relato científico dominante y con las prácticas archivísticas habituales.
El análisis aplicado sobre ellos fue doble: documental y hermenéutico. El primero se concentró en la descripción somera de los contenedores, es decir, en la identificación de las características físicas de los materiales. Por su parte, el hermenéutico (término-paraguas que incluye bajo su manto varios métodos analíticos, basados todos ellos en la comprensión y la interpretación) se enfocó en los contenidos. Se eligió la estrategia hermenéutica por ubicarse en las antípodas de las metodologías de investigación basadas en la objetividad y en la independencia de las interpretaciones. Cualitativa y subjetiva, dicha estrategia permite aprehender, de forma personal y flexible, las ideas y las prácticas codificadas en los documentos.
[Continuará...].
Acerca de la entrada
Texto: Edgardo Civallero.
Fecha de publicación: 25.06.2024.
Foto: "Weaving patterns in the Philippines". En Tatler [Enlace].