Navsuv. El resumen de la quincena. Por Edgardo Civallero

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El resumen de la quincena | 14-27.jul.2025

Lo que archivamos, lo que borramos

Navsuv. Por Edgardo Civallero

En las últimas dos semanas he retornado a una pregunta que se niega a esfumarse: ¿Qué tipos de memoria permitimos que vivan, y cuáles congelamos, renombramos o silenciamos en el proceso de "preservarlas"? Este hilo recorre cuatro textos nuevos publicados en mis plataformas, cada uno abordando una capa distinta de esa tensión.

Todo comenzó con un par de textos sobre archivos vivos: sistemas de memoria que no residen en estanterías ni servidores, sino en rituales, gestos, hablas estacionales y cuidados corporales. En Cuando la memoria vive y Construyendo el archivo vivo exploro qué ocurre cuando el conocimiento se resiste a ser fijado. No son metáforas románticas: son sistemas epistémicos en funcionamiento, que han sobrevivido a la colonización no mediante documentación, sino a través de relación y ritmo. Para entablar un vínculo significativo con ellos, las bibliotecas y los archivos deben ir más allá de la descripción y aprender a acompañar la memoria en movimiento, en lugar de capturarla en la quietud.

A partir de allí, la lente se desplaza hacia las herramientas que moldean la visibilidad. En El espejismo de los metadatos desarmo la ilusión de neutralidad en la descripción estructurada. Los metadatos no solo etiquetan lo que vemos: determinan lo que puede ser visto. Cada campo es una elección. Cada omisión es un mapa de puntos ciegos institucionales. Y cuando esos puntos ciegos coinciden con jerarquías coloniales, lo que emerge no es solo una mala catalogación. Es una infraestructura epistémica del olvido.

Ese olvido no es accidental. Es estructural, como sostengo en Mundos silenciados, una nota que critica el literocentrismo aún incrustado en nuestros marcos profesionales. Recompensamos los saberes que encajan entre comillas, y marginamos todo lo que se mueve, respira o habla en formas que no fuimos entrenados para escuchar. El resultado es un archivo que se proclama universal y que, al mismo tiempo, produce exclusión.

En conjunto, estos cuatro textos forman una suerte de llamado a un trabajo de memoria con columna vertebral: una memoria que se niegue a ser aplanada, que desafíe las herramientas diseñadas para contenerla y que insista en su propia lógica de continuidad. Para quienes trabajamos en bibliotecas, archivos y museos —y para quienes, fuera de tales espacios, cargan, protegen o pierden fragmentos de memoria cada día—, la pregunta no es solo qué conservamos.

Es qué permitimos que importe, y a quién permitimos decidirlo.



Navsuv ofrece una síntesis quincenal de mi trabajo: entradas de blog, notas críticas, artículos, documentos de archivo y otros materiales. No es un mero resumen: es un hilo editorial que traza cómo cada pieza encaja en un paisaje en transformación, hecho de memoria, crítica y resistencia.

El nombre proviene de la lengua de los Sivdara, un pueblo ficticio que forma parte de un proyecto personal más amplio: un continente imaginado como espacio para explorar el conocimiento, la memoria y la tensión entre la presencia y el olvido. En su idioma, navsuv nombra los puentes colgantes de cuerda y paja usados en los Andes: caminos efímeros pero perdurables, tendidos entre mundos. Como esta sección.