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Dejando atrás las bibliotecas verdes (5 de 10)

Decrecimiento, no sostenibilidad

Reimaginando el papel ecológico de las bibliotecas

 

Esta nota forma parte de una serie que cuestiona el statu quo de las "bibliotecas verdes", denunciando el greenwashing y el tokenism, y explorando alternativas viables, como el minimalismo, el decrecimiento, el upcycling y las "bibliotecas lentas" (slow libraries). Consulte todas las notas en el índice de esta sección.

 

Introducción

Durante décadas, la narrativa de la sostenibilidad ha dominado los debates sobre la responsabilidad medioambiental. Las bibliotecas, deseosas de proyectar una imagen de progreso, han adoptado la sostenibilidad como objetivo último, instalando paneles solares, implantando programas de reciclaje y promocionando la eficiencia energética. Sin embargo, bajo estos gestos superficiales se esconde una realidad preocupante: el modelo de sostenibilidad convencional, tal y como se practica de forma generalizada, rara vez cuestiona los sistemas subyacentes de consumo excesivo y crecimiento incesante.

En lugar de modificar a fondo sus operaciones, conscientemente o no, muchas instituciones —incluidas las bibliotecas— utilizan la sostenibilidad como medio para perpetuar las pautas existentes de extracción y de despilfarro de recursos. El concepto de decrecimiento, por el contrario, ofrece una visión radicalmente distinta. El decrecimiento no consiste en encontrar formas de mantener la expansión económica con un barniz ecológico, sino en reducir deliberadamente el consumo, reducir el crecimiento innecesario y reorientar la sociedad hacia el equilibrio ecológico.

Para las bibliotecas, adoptar una mentalidad de decrecimiento significa replantearse sus espacios físicos, sus políticas de adquisición y sus funciones comunitarias, de forma que respeten realmente los límites de un planeta finito, como el nuestro.

 

Criticando la narrativa convencional de la sostenibilidad

El modelo de sostenibilidad imperante tiene un defecto inherente: a menudo sirve para mantener el statu quo. Al centrarse en soluciones tecnológicas (como la iluminación de bajo consumo, los paneles solares y los contenedores de reciclaje), las medidas de sostenibilidad permiten a las instituciones seguir consumiendo y expandiéndose sin abordar las causas profundas de la degradación ambiental. En el caso de las bibliotecas, estos gestos crean una atractiva fachada de credenciales ecológicas, pero al mismo tiempo ocultan los problemas sistémicos más profundos que impulsan el crecimiento derrochador y el agotamiento de los recursos.

Este enfoque es especialmente problemático porque legitima una forma de incrementalismo que, en última instancia, retrasa los cambios radicales necesarios para detener el colapso ecológico. En lugar de cuestionar las fuerzas culturales y económicas que impulsan el consumo excesivo, la narrativa de la sostenibilidad simplemente las vuelve a presentar como progreso. Las bibliotecas, al adherirse a este modelo, corren el riesgo de convertirse en cómplices de un sistema que valora la expansión continua por encima de una auténtica gestión ecológica.

 

El decrecimiento como alternativa sensata

El decrecimiento ofrece un antídoto convincente contra las limitaciones de la sostenibilidad dominante. En esencia, el decrecimiento cuestiona la obsesión por la expansión económica perpetua, un sello distintivo de la sociedad capitalista. Reclama una reducción deliberada y sistemática del consumo de recursos, instándonos a redefinir el progreso no por el tamaño de nuestras economías o la escala de nuestras infraestructuras, sino por la calidad de vida y la salud de nuestros ecosistemas.

Para las bibliotecas, adoptar el decrecimiento significa mucho más que reducir sus facturas energéticas o actualizarse a tecnologías con certificación ecológica. Significa cuestionarse si es necesaria una constante expansión física o actualización tecnológica. En lugar de adquirir nuevas colecciones y construir espacios adicionales, las bibliotecas podrían centrarse en reutilizar la infraestructura existente, invertir en recursos duraderos y reparables, y dar prioridad a la longevidad de los materiales frente a las tendencias pasajeras.

El decrecimiento se basa en la suficiencia, la moderación y el compromiso con los límites ecológicos. Al adoptar los principios del decrecimiento, las bibliotecas pueden predicar con el ejemplo, demostrando que la verdadera responsabilidad medioambiental implica cuestionar los fundamentos mismos del consumo. Este enfoque no significa una reducción de los valiosos servicios que prestan las bibliotecas, sino que exige una reorientación de las prioridades para dar más importancia a la calidad, el compromiso con la comunidad y la sostenibilidad que a la cantidad y el beneficio.

 

El papel de las bibliotecas a la hora de modelar y promover el decrecimiento

Las bibliotecas llevan mucho tiempo siendo refugios del conocimiento y trincheras del compromiso comunitario. Su papel como instituciones colectivas confiables las sitúa en una posición única para defender nuevos paradigmas de responsabilidad social y medioambiental, y para fomentar el pensamiento crítico y el cambio social. Al integrar los principios del decrecimiento en sus colecciones y servicios, las bibliotecas podrían modelar un futuro alternativo que resista las tentaciones de la acumulación sin fin y se centre en el bienestar de las personas y del planeta.

Las bibliotecas podrían dar prioridad al upcycling y a la reutilización adaptativa frente a la nueva producción, reutilizando los materiales obsoletos y optimizando los espacios en lugar de ampliarlos. Una institución así no sólo reduciría su huella ambiental, sino que serviría de laboratorio viviente de prácticas sostenibles. Las bibliotecas podrían albergar talleres sobre minimalismo, organizar iniciativas comunitarias de reparación y reutilización e invitar a debates sobre los costes sociales y ecológicos del consumo excesivo.

Además, las bibliotecas pueden extender su defensa más allá de sus muros. Pueden cuestionar los discursos hegemónicos sobre el crecimiento y el progreso comisariando exposiciones, organizando debates públicos y publicando investigaciones sobre el decrecimiento. De este modo, se convierten en participantes activas de un movimiento más amplio que busca redefinir el éxito, no en términos de producción económica o grandeza arquitectónica, sino de equilibrio ecológico y justicia social.

 

Más allá de la sostenibilidad simbólica

La promesa de la sostenibilidad convencional es seductora, pero en última instancia es una fachada que permite la continuidad de prácticas insostenibles bajo un barniz de credenciales ecológicas. Los paneles solares, las papeleras de reciclaje y el discurso ecologista no bastan para invertir la trayectoria de la degradación medioambiental si no consiguen desafiar las fuerzas sistémicas del consumo excesivo.

Para que las bibliotecas se conviertan en verdaderos agentes del cambio, deben adoptar un cambio de paradigma que pase de la sostenibilidad al decrecimiento. Esta reorientación radical exige un profundo cuestionamiento de las pautas de consumo, un compromiso con la conservación de los recursos y una atención inquebrantable al bienestar de la comunidad. Significa rechazar los gestos simbólicos en favor de un cambio profundo y estructural que respete los límites ecológicos de nuestro mundo.

En una época de creciente crisis medioambiental, las bibliotecas tienen la oportunidad —y la responsabilidad— de predicar con el ejemplo. Adoptando el decrecimiento, las bibliotecas pueden convertirse en faros de auténtica justicia ecológica y social, allanando el camino hacia un futuro que no se defina por el crecimiento sin fin, sino por el equilibrio, la suficiencia y la verdadera sostenibilidad.

 

Lecturas

  • Civallero, Edgardo (2016). Libraries, sustainability and degrowth. Progressive Librarian, 45, pp. 50-45.
  • D'Alisa, Giacomo, Demaria, Federico, & Kallis, Giorgos (eds.) (2014). Degrowth: A vocabulary for a new era. New York & London: Routledge.
  • Hickel, Jason (2020). Less is more: How degrowth will save the world. London: William Heinemann.
  • Jackson, Tim (2009). Prosperity without growth: Economics for a finite planet. London & Sterling, VA: Earthscan.
  • Kallis, Giorgos, Kostakis, Vassilis, Lange, Steffen, Muraca, Barbara, Paulson, Susan, & Schmelzer, Matthias (2018). Research on degrowth. Annual Review of Environment and Resources, 43, pp. 291-316.
  • Latouche, Serge (2009). Farewell to growth. Cambridge: Polity Press.

 

Acerca de la entrada

Texto: Edgardo Civallero.
Fecha de publicación: 14.02.2024.
Foto: "Degrowth". En Sosyal Ekonomi [Enlace].