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Dejando atrás las bibliotecas verdes (4 de 10)
Sostenibilidad simbólica
Los límites de los paneles solares y el reciclaje en las bibliotecas
Esta nota forma parte de una serie que cuestiona el statu quo de las "bibliotecas verdes", denunciando el greenwashing y el tokenism, y explorando alternativas viables, como el minimalismo, el decrecimiento, el upcycling y las "bibliotecas lentas" (slow libraries). Consulte todas las notas en el índice de esta sección.
Introducción
En su afán por parecer ecológicas, muchas bibliotecas exhiben con orgullo paneles solares en sus tejados, y esparcen cubos de reciclaje por todos sus rincones.
Estos visibles signos de responsabilidad medioambiental se han convertido en una suerte de estándar en la narrativa de la llamada "biblioteca verde". A primera vista, tales gestos parecen encomiables, e indican un viraje hacia la sostenibilidad. Pero bajo la brillante superficie, el impacto de estas iniciativas es mucho más limitado y mucho menos eficaz de lo que parece.
Los paneles solares y los programas de reciclaje, aunque ofrecen algunas ventajas, a menudo sirven para desviar la atención de problemas más profundos y sistémicos, que son los que provocan la degradación medioambiental. Permiten a las bibliotecas proyectar una (falsa) imagen de progresismo sin verse obligadas a enfrentarse a realidades incómodas, como el consumo excesivo, la extracción de recursos y los modelos basados en el derroche.
La cruda realidad es que las bibliotecas (especialmente las "verdes"), como muchas otras instituciones, suelen aferrarse a gestos simbólicos, y al mismo tiempo evitan el tipo de cambio radical que exige una sostenibilidad auténtica.
Los costes ocultos de los paneles solares
La energía solar se considera una solución limpia y renovable para reducir la huella de carbono. Las bibliotecas que instalan paneles solares suelen exhibirlos como prueba tangible de su compromiso medioambiental.
Sin embargo, esta solución no es tan ecológica como parece.
La producción de paneles solares implica la extracción de minerales como la plata y el cadmio. Este proceso de extracción no sólo consume mucha energía, sino que es profundamente destructivo: daña ecosistemas y desplaza a comunidades en el Sur Global. Las consecuencias medioambientales y sociales de la extracción de materiales para los paneles solares a menudo se ignoran, favoreciendo una narrativa bienintencionada sobre las energías limpias y renovables.
Incluso después de instalados, los paneles solares presentan otro problema: no duran para siempre. Con una vida útil aproximada de 25 a 30 años, inevitablemente terminan por convertirse en residuos. Su compleja composición los hace difíciles de reciclar y, sin sistemas de eliminación adecuados, los paneles desechados contribuyen al creciente problema de la basura electrónica. Esta crisis en ciernes contradice la propia narrativa de sostenibilidad que se supone que encarna la energía solar.
Además, el periodo de amortización energética —el tiempo que tarda un panel solar en generar energía suficiente para compensar la empleada en su producción— puede abarcar varios años. Esto significa que el coste medioambiental de producir e instalar paneles solares dista mucho de ser insignificante, sobre todo cuando las bibliotecas los adoptan sin examinar el impacto total de su ciclo de vida.
Reciclaje: Una solución cómoda pero incompleta
El reciclaje es una de las prácticas de sostenibilidad más celebradas y visibles en las bibliotecas. Las papeleras etiquetadas para papel, plásticos, vidrio o aparatos electrónicos dan a los usuarios la sensación de que la biblioteca participa activamente en la conservación del medio ambiente. Sin embargo, a menudo se exagera y se malinterpreta la eficacia del reciclaje.
En realidad, sólo se procesa y reutiliza un pequeño porcentaje de los materiales reciclables. Gran parte de los residuos recogidos para reciclar están demasiado contaminados para ser procesados o se exportan a países con normativas medioambientales poco estrictas, donde pueden acabar en vertederos o en cursos de agua. La presencia de contenedores de reciclaje ofrece una reconfortante ilusión de responsabilidad medioambiental, pero no aborda la cuestión del consumo irresponsable.
El núcleo del problema no es la gestión de los residuos, sino el volumen de ellos que se produce en primer lugar. Las bibliotecas, como muchas otras instituciones, siguen inmersas en ciclos de consumo excesivo, comprando regularmente nuevas tecnologías, mobiliario y materiales sin tener plenamente en cuenta el coste medioambiental. El reciclaje, en este contexto, se convierte en una forma de "sentirse responsable" sin cuestionar en absoluto los hábitos de consumo que impulsan la producción de residuos.
El sistema mundial de reciclaje afecta de forma desproporcionada a las comunidades vulnerables. Las naciones más ricas, incluidas las del Norte Global, a menudo exportan sus residuos a países más pobres del Sur Global, donde la laxitud de las protecciones medioambientales provoca graves riesgos para la salud y daños medioambientales para las poblaciones locales. Esta dinámica encuentra un paralelo en los sistemas de compensación de carbono, en los que el Sur Global carga, una vez más, con las consecuencias del consumo excesivo del Norte Global.
La ilusión de las bibliotecas "verdes"
Los paneles solares y los contenedores de reciclaje crean una reconfortante ilusión. Son fáciles de ubicar, sumamente visibles, y ofrecen un marketing perfecto. Sin embargo, a menudo solo sirven para desviar la atención de conversaciones más complejas: por ejemplo, sobre cómo las bibliotecas consumen recursos irresponsablemente y contribuyen a la degradación del medio ambiente.
Las bibliotecas siguen dando prioridad a su propia expansión, construyendo nuevos edificios en lugar de readaptar los espacios existentes. Estos proyectos de construcción conllevan elevados costes medioambientales: extracción de recursos, uso de energía, generación de residuos... Por su parte, las infraestructuras digitales —almacenamiento en la nube, servidores y sistemas de acceso digital— consumen enormes cantidades de energía, gran parte de ella alimentada por combustibles fósiles. Este coste medioambiental oculto rara vez se reconoce en los debates sobre la sostenibilidad de las bibliotecas.
También está la cuestión del consumismo en el desarrollo de la colección y en la programación de servicios y actividades. Las bibliotecas desechan libros, mobiliario y tecnología obsoleta para hacer sitio a nuevas adquisiciones. Este ciclo refuerza el consumo derrochador y contradice los valores de sostenibilidad que las bibliotecas dicen defender.
No se trata de cuestiones menores. Todas ellas representan notables puntos ciegos en la forma en que las bibliotecas abordan la sostenibilidad. Si estos problemas sistémicos no se atajan, las bibliotecas seguirán aferrándose a soluciones superficiales y evitando cambios más profundos: esos que resultan necesarios para una auténtica responsabilidad ecológica.
Hacia soluciones reales
Si las bibliotecas se toman en serio el liderazgo en sostenibilidad, deben ir más allá de la comodidad de los gestos simbólicos — deben enfrentarse a las causas profundas de su impacto ambiental. Y deben informar sobre todo ello.
Esto requiere un cambio fundamental en la forma en que conciben el crecimiento, el consumo y la responsabilidad.
En lugar de expandirse constantemente, las bibliotecas deben replantearse cómo utilizan los espacios existentes. Reutilizar y modernizar los edificios puede reducir significativamente los costes medioambientales asociados a las nuevas construcciones. Este planteamiento no sólo ahorra recursos, sino que también pone en evidencia la cultura del crecimiento sin fin.
Las bibliotecas también deben reconsiderar sus prácticas de compra. Dar prioridad al abastecimiento ético, elegir equipos duraderos y reparables, y reducir las adquisiciones innecesarias puede reducir drásticamente los residuos. Adoptar los principios de la economía circular —en la que los materiales se reutilizan, reparan y reutilizan en lugar de desecharse— puede convertir la sostenibilidad en una parte esencial de las operaciones bibliotecarias.
Por último, las bibliotecas tienen la oportunidad de predicar con el ejemplo a través del compromiso con la comunidad. Pueden organizar "cafés de reparación", talleres de sostenibilidad, y programas que fomenten la reutilización en lugar de la sustitución. De esta forma pueden ayudar a fomentar una cultura comunitaria de responsabilidad medioambiental. Alineando su programación con sus objetivos de sostenibilidad, las bibliotecas pueden convertirse en centros de auténtica concienciación y acción ecológicas.
El verdadero liderazgo en sostenibilidad implica abordar las realidades incómodas del consumo y los residuos. Requiere que las bibliotecas dejen de esconderse detrás de gestos benevolentes y empiecen a comprometerse de verdad con el cambio sistémico.
Conclusión: Liberarse de la sostenibilidad simbólica
Los paneles solares y los contenedores de reciclaje no son suficientes. Estas medidas, aunque útiles hasta cierto punto, no pueden sustituir al cambio profundo y sistémico necesario para hacer frente a la crisis ambiental. Lo único que logran es que las bibliotecas parezcan sostenibles y responsables, pero sin tomar las decisiones difíciles que son tan necesarias para una verdadera responsabilidad medioambiental.
Si las bibliotecas quieren ser verdaderas líderes en sostenibilidad, deben estar dispuestas, primero, a enfrentarse a su propio rol en el consumo excesivo y en el daño sistémico. Y a informar sobre ello. Esto implica cuestionar el statu quo, rechazar las soluciones superficiales, y adoptar un cambio radical y transformador.
Se acabó el tiempo de las medias tintas. Las bibliotecas deben ir más allá de la sostenibilidad simbólica y comprometerse a una acción significativa, no sólo por las apariencias, sino por el futuro de nuestro planeta.
Lecturas
- Everick Foundation (s.f.). Implementing effective recycling programs in sustainable communities. Everick Foundation [ver].
- Graedel, Thomas (2021). Resource reuse and recycling: Limitations and potential opportunities. The Veolia Institute Review [ver].
- Martinez, Linda (s.f.). Environmental impacts of solar panel production and disposal. Terracline [ver].
- Nissenbaum, Daphna (2021). Reduce, reuse, compost: Why recycling alone won't solve the plastic crisis. World Economic Forum [ver].
- Photovoltaics.co.uk (2023). The environmental impact of solar panel disposal. Photovoltaics.co.uk [ver].
- Schussler, Elizabeth (2021). Key concepts of influencing recycling behaviors to drive a circular economy (Whitepaper). Recycling Partnership [ver].
- University of Virginia (2023). New research finds a harmful bias towards recycling over reduction and reuse. UVA Today [ver].
Acerca de la entrada
Texto: Edgardo Civallero.
Fecha de publicación: 07.02.2024.
Foto: "Environmental tokenism". En Kompas [Enlace].