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Decolonizando mi biblioteca (4 de 15)

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Las bibliotecas como nueva primera línea del conocimiento

Decolonizando mi biblioteca (4 de 15)

[Asumir compromisos con los sistemas de conocimiento indígenas]

 

Introducción

Los sistemas de conocimiento indígenas han prosperado durante miles de años, transmitiéndose de generación en generación y evolucionando junto con la tierra, las culturas y las comunidades a las que pertenecen. Estos sistemas de conocimiento abarcan no sólo el conocimiento práctico de los ecosistemas, la medicina y la agricultura, sino también una profunda comprensión filosófica del mundo, la espiritualidad y la conexión humana con la tierra. Sin embargo, durante siglos, estos sistemas de conocimiento han sido marginados, borrados o distorsionados por fuerzas coloniales, como el colonialismo europeo, las prácticas misioneras y la imposición de la educación y la ciencia occidentales.

Hoy en día, cuando el mundo se enfrenta cada vez más al legado del colonialismo, las bibliotecas se encuentran al frente de una urgente misión decolonial: reconocer, respetar y preservar los sistemas de conocimiento indígenas. Esta tarea no consiste sólo en integrar las perspectivas indígenas en las colecciones de las bibliotecas, sino en replantearse fundamentalmente el papel de las bibliotecas como agentes de resistencia cultural, revitalización y transformación.

Al aceptar el conocimiento indígena como una forma legítima y esencial de sabiduría, las bibliotecas pueden ayudar a reconstruir las relaciones que fueron cortadas por las historias coloniales, contribuyendo al proceso en curso de curación y soberanía. El acto de descolonizar las colecciones de las bibliotecas no es sólo una búsqueda intelectual, es un acto político y cultural de solidaridad que requiere un cambio en la forma en que entendemos el conocimiento y qué conocimiento se valora en nuestras instituciones.

 

El legado del colonialismo en los sistemas de conocimiento indígenas

Las potencias coloniales intentaron subyugar a los pueblos indígenas no sólo mediante la violencia y el despojo, sino también a través de la dominación intelectual. La destrucción de las tradiciones orales, la conversión de las prácticas sagradas en rituales «primitivos» y la supresión de las lenguas indígenas fueron esfuerzos deliberados para borrar el conocimiento indígena. Al someter a los pueblos indígenas a los sistemas jurídicos, económicos y educativos europeos, sus epistemologías se volvieron invisibles o se consideraron inferiores.

Esta historia sigue condicionando la forma en que interactuamos con los conocimientos indígenas en la actualidad. En muchos casos, los sistemas académicos y bibliotecarios occidentales siguen asumiendo que el conocimiento indígena es primitivo, acientífico o poco fiable. Y aunque se han hecho algunos esfuerzos por recuperar e integrar el conocimiento indígena en los sistemas convencionales, estos esfuerzos suelen estar plagados de dificultades, ya que el marco occidental dominante sigue vigente.

Como explica la académica Linda Tuhiwai Smith en Decolonizing Methodologies, para los pueblos indígenas, el proceso de recuperación del conocimiento es un proceso de supervivencia cultural. El trabajo de descolonización está inextricablemente ligado al acto de recuperar nuestras propias historias, lenguas y prácticas. Esta recuperación no es meramente académica, sino que está profundamente arraigada en el resurgimiento cultural y la soberanía política. Las bibliotecas, como instituciones que dan forma a cómo se recopila, clasifica y difunde el conocimiento, deben lidiar con la historia y el impacto continuo del colonialismo en los sistemas de conocimiento indígena.

 

Por qué las bibliotecas deben comprometerse con los sistemas de conocimiento indígenas

Las bibliotecas ocupan una posición única en la sociedad. No son sólo depósitos de libros y datos, son espacios que ayudan a definir y dar forma a la memoria colectiva. Como tales, las bibliotecas deben ser proactivas a la hora de comprometerse con los sistemas de conocimiento indígenas, no simplemente como objetos para ser estudiados o archivados, sino como cuerpos de conocimiento vivos y en evolución que forman parte integral de nuestra comprensión colectiva del mundo. Este compromiso es vital por varias razones:

 

Las bibliotecas como agentes de transformación

Las bibliotecas pueden desempeñar un papel transformador en el movimiento descolonial, pero sólo si se comprometen activamente con los sistemas de conocimiento indígenas y adoptan prácticas que reflejen un compromiso con la descolonización. Esto significa alejarse de un modelo de conocimiento que da prioridad a los marcos occidentales y, en su lugar, adoptar un enfoque pluralista e inclusivo que valore todo el espectro de la sabiduría humana.

Al hacerlo, las bibliotecas no sólo preservan el conocimiento, sino que ayudan a replantear las narrativas que han dado forma a nuestro pasado colectivo. Al adoptar el conocimiento indígena como una práctica viva y en evolución, las bibliotecas pueden contribuir al proceso continuo de curación, reconstrucción y descolonización.

Como dice la autora y activista Leanne Betasamosake Simpson en As We Have Always Done, la descolonización no es una metáfora: es una forma de vida, una manera de estar en el mundo, un despertar a la tierra, a los ancestros, a las ceremonias, a las historias, a la sabiduría que ha estado aquí desde tiempos inmemoriales. Las bibliotecas tienen el poder de ayudar a despertar esta sabiduría, de traerla al presente y de garantizar que no se pierda para las generaciones futuras.

 

Conclusión

Ahora que las bibliotecas se encuentran en la encrucijada de la transformación cultural, el imperativo de comprometerse a fondo con los sistemas de conocimiento indígenas nunca ha sido tan claro. El viaje descolonial no es una moda pasajera, sino un proceso esencial y continuo de reimaginación del papel de las bibliotecas en un mundo en el que la dinámica histórica del poder sigue moldeando nuestra comprensión del conocimiento. Al comprometerse activamente con el conocimiento indígena, las bibliotecas no sólo preservan y protegen el patrimonio cultural, sino que también contribuyen al resurgimiento de las formas indígenas de conocer y ser.

Sin embargo, la tarea no es fácil. Exige que las bibliotecas se replanteen prácticas profundamente arraigadas, como la creación de colecciones, la catalogación y la participación de la comunidad. Exige que los bibliotecarios sean humildes, aprendan de las comunidades indígenas y centren las voces indígenas en los espacios que hemos dominado durante mucho tiempo. Esta transformación no consiste simplemente en la inclusión, sino en la reconfiguración de los fundamentos mismos de la conservación y difusión del conocimiento. Las bibliotecas deben convertirse en lugares donde se respeten las epistemologías indígenas y se les dé espacio para florecer, en lugar de simplemente «añadirlas» a las colecciones existentes.

En esta era de despertar descolonial, las bibliotecas tienen un papel fundamental que desempeñar como nueva primera línea del conocimiento. El camino hacia la descolonización exige esfuerzo, humildad y colaboración, pero también promete un panorama intelectual más rico y diverso, en el que todos los conocimientos se honren por igual. A medida que las bibliotecas se orientan hacia estos principios, no sólo desmantelan los sistemas coloniales que han oprimido históricamente el conocimiento indígena, sino que también sientan las bases para un futuro verdaderamente inclusivo en el que el conocimiento se comparte, celebra y co-crea entre culturas y comunidades.

Las bibliotecas tienen el poder de redefinir el mundo del conocimiento y, al hacerlo, pueden convertirse en poderosos lugares de resurgimiento cultural, sanación y empoderamiento tanto para las comunidades indígenas como para la sociedad global.

 

Referencias

 

Acerca de la entrada

Texto: Edgardo Civallero.

Fecha de publicación: 17.12.2024.

Foto: "Native Knowledge: What Ecologists Are Learning from Indigenous People", por Luisa Rivera. En Yale Environment 360 [Enlace].