
Inicio > Blog Bitácora de un bibliotecario > Metadatos como revuelta (05 de 10)
Metadatos como revuelta (05 de 10)
Las aristas críticas de Dublin Core
Simple, pero no neutral
Este post forma parte de una serie que explora cómo los metadatos pueden convertirse en un espacio de resistencia, rechazo y subversión poética. Desde la clasificación hasta los datos enlazados, la serie investiga cómo las prácticas de catalogación pueden codificar formas de opresión, y cómo pueden ser reinventadas para desafiar los sistemas dominantes y hablar desde los márgenes. Todas las entradas de esta serie pueden consultarse en el índice de esta sección.
Dublin Core como esquema cotidiano
Desde su creación en 1995, el conjunto de elementos Dublin Core ha sido el estándar descriptivo más ampliamente adoptado en el campo de la información digital. Con solo quince elementos, fue diseñado para ser "simple y genérico": un esquema de mínimo común denominador que pudiera ser utilizado por bibliotecas, archivos, museos y sitios web por igual. Precisamente por esa simplicidad, a menudo se lo ha despreciado por considerárselo trivial: una lista de verificación mínima, en vez de un sistema descriptivo significativo.
Sin embargo, la ubicuidad nunca es neutral. Dublin Core está integrado en repositorios, plataformas de patrimonio cultural, sitios web personales y archivos comunitarios en todo el mundo. Para muchos profesionales, es el primer y, a veces, único contacto con los estándares de metadatos. Su misma simplicidad moldea la práctica a gran escala: establece expectativas sobre lo que se considera una descripción "suficiente" y, al hacerlo, codifica silenciosamente supuestos sobre el conocimiento, la autoría y la legibilidad.
A diferencia de RDF, que impone una rígida sintaxis triple, o SKOS, que normaliza los vocabularios en jerarquías de etiquetas, Dublin Core opera con una vaguedad que a menudo es criticada como imprecisa. Pero esa imprecisión puede revertirse y orientarse hacia otros fines. Puede explotarse como espacio para ubicar lógicas alternativas, rechazos e inscripciones contextuales que superen la intención original del esquema.
La neutralidad como máscara
A primera vista, elementos como dc:title, dc:creator, dc:description o dc:coverage parecen inocuos.
Pero, como ha demostrado la investigación crítica sobre metadatos, ninguna categoría descriptiva es puramente técnica. Pedir un "título" presupone que los objetos pueden y deben recibir nombres fijos. Registrar un "idioma" mediante los códigos ISO 639 supone que solo son válidos los idiomas escritos y estandarizados. Definir la "cobertura" en términos geográficos y cronológicos privilegia la lógica espacio-temporal occidental sobre la estacional o relacional.
Lo que distingue a Dublin Core de ontologías más complejas no es la ausencia de ideología, sino la apertura de sus campos. Dado que el esquema es muy poco específico, tolera la ambigüedad. A diferencia de RDF, no exige el cumplimiento de una gramática estricta. Esta tolerancia crea una doble paradoja: permite el aplanamiento cuando se aplica de forma acrítica, pero también permite la subversión cuando se lo hace de forma estratégica.
Apropiación táctica en la práctica
Consideremos la descripción de una canción ritual en un archivo comunitario. En un registro convencional de Dublin Core, el título se estabilizaría, el idioma se reduciría a un código de tres letras y la cobertura se expresaría como una fecha y una ubicación. Pero es posible adoptar un enfoque diferente: dc:title puede registrarse como "Nombre omitido a solicitud del interesado"; dc:language puede indicar "Quechua, variante oral no codificada por la ISO"; dc:coverage puede expresarse como "época de floración del maíz"; y dc:description puede señalar que la transcripción está ausente y la grabación, restringida.
O tomemos el caso de un objeto tejido, catalogado en un repositorio como "canasto". Dentro de Dublin Core, la descripción puede reflejar el hecho de que los miembros de la comunidad cuestionan esa etiqueta, que su uso está restringido, o que su significado radica en los ciclos estacionales más que en la forma material. El creador puede ampliarse para registrar la presencia colaborativa o ancestral en lugar de un individuo aislado.
No se trata de violaciones de la norma. Son usos deliberados de su vaguedad para codificar el conocimiento situado, el rechazo y la relacionalidad.
Estándares mínimos, máximas oportunidades
El discurso sobre los estándares a menudo ha considerado que Dublin Core resulta insuficiente, especialmente en comparación con marcos más completos como RDF, MODS o schema.org. Pero la insuficiencia en sí misma puede ser una oportunidad. Mientras que RDF insiste en la claridad, Dublin Core permite la ambigüedad. Mientras que SKOS exige que los términos se reconcilien jerárquicamente, Dublin Core acepta entradas definidas de forma imprecisa. Esta "debilidad" puede convertirse en una fortaleza.
En términos prácticos, Dublin Core suele ser el único esquema que se conoce y se utiliza en archivos comunitarios, proyectos de base o repositorios pequeños. Esto significa que las tácticas de apropiación a nivel de Dublin Core resultan importantes, pues determinan la forma en que determinado conocimiento puede circular de forma mucho más amplia que usando grafos RDF u ontologías. Al tratar sus campos no como contenedores neutrales, sino como inscripciones flexibles, los profesionales pueden introducir la controversia, la contextualidad y el rechazo directamente en la capa descriptiva.
Hacia un Dublin Core crítico
Esto no significa que Dublin Core fuera diseñado para ser plural, ni que esté libre de inconvenientes. No fue así, y no lo está. Pero su minimalismo lo hace permeable. Puede doblarse sin romperse. El compromiso crítico con Dublin Core implica comprender que su falta de especificidad no es una debilidad que deba corregirse, sino una condición que puede explotarse. En lugar de tratarlo como un estándar básico y superficial, puede ser usado como plataforma para la descripción situada, codificando la diferencia allí donde los sistemas dominantes esperan uniformidad.
La presencia global de Dublin Core lo ha hecho parecer inofensivo, pero la inocuidad es precisamente la ilusión que sustenta su autoridad. Cada vez que rellenamos un campo de Dublin Core, reproducimos sus supuestos, o nos resistimos a ellos. El minimalismo del esquema no es un vacío: es un espacio de controversia. Describir con Dublin Core es decidir qué se considera visible, qué queda sin decir y qué conocimientos circulan. El desafío consiste en dejar de tratarlo como una lista de verificación neutral y empezar a reconocerlo como un terreno en el que incluso las intervenciones más pequeñas pueden ser subversivas.